Retomando la década de los 90, pienso que hay momentos en la
vida de las personas que son fundamentales, básicos, que incluso te marcan
claramente el futuro. En mi caso fue cambiar de 1º de B.U.P a 1º de F.P. Administrativo.
Recuerdo un día de fin de semana, cuando tenía 14 ó 15 años,
estando en 1º de B.U.P volvía a casa con mi padre en el coche y vimos en la
calle a un grupo bastante amplio de gente de mi clase y curso del instituto. Mi
padre enseguida debió ver en mi cara una señal de decepción, pena o angustia y
me dijo que algún día yo también tendría un grupo de amigos, con los que saldría
por ahí e incluso conocería chicas, y tendría novia/s. Por supuesto que pensé
que eso era imposible y era la mayor barbaridad que había dicho nunca.
Y pasaron los meses, cambié de instituto, gente nueva,
estudios diferentes y más satisfactorios, profesores más implicados, más
implicación por mi parte, y mis primeros amigos de verdad, de los que con esa
edad, son lo más importante de tu vida, primeros planes, primeras juergas (y
borracheras, que aquí el que escribe aprendió enseguida a “portarse mal”). Fue sin
duda un renacer en mi, el paso de la infancia que por circunstancias de mi/la
vida, se alargó demasiado, a la adolescencia en su máxima plenitud. Entonces conocí a Juan, Ivan, Jon, Jose Ignacio, Txema, Ángel, Joana, Marimar,
Amaia, …. Amigos que me querían tal y como soy, me ayudaban, conocian mis limitaciones y con los que compartí grandes momentos en esa etapa de mi vida. Algunos/as de ellos/as siguen siendo grandes amigos/as, y los que se
quedaron en el camino siempre están en el baúl de los buenos recuerdos y es muy
grato encontrarme o estar con ellos de vez en cuando, porque fueron parte
importante y positiva de mi vida.
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Instituto Mª Inmaculada |
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Colegio Sta. Catalina |
Estudie F.P. I y F.P. II Administrativo en sus cinco años, 2
años en el colegio Santa Catalina y los 3 últimos años en el Instituto Maria
Inmaculada, ambos centros religiosos, de monjas, y situados en el centro de
Pamplona. Los dos centros tuvieron por parte de la dirección y profesorado una
implicación máxima en mi educación (yo también puse de mi parte, sin apenas
suspensos) y en la accesibilidad de los centros. El Instituto María Inmaculada
aprovechó mi primer año de estudios allí para hacer una importante obra y poner
ascensor nuevo a pie de calle, baño adaptado y aulas nuevas y más amplias en su
último piso. Tan agusto estuve que me quedé allí dos cursos académicos más para
hacer el grado Superior de Técnico en Documentación Sanitaria que me sirvió
para tener mi primer trabajo en los archivos de la Clínica Universitaria de
Navarra.