No nos vamos a engañar, no es oro todo lo que reluce.
Es
verdad que considero que llevo bien la discapacidad, y bueno, realmente
es así; hay gente que me dice que admira mi capacidad de superación, mi
alegría de vivir,
mis constantes planes. A mi me llama la atención que me lo digan, y les
contesto que no es para tanto, que son cosas de cualquier persona, pero
ellos me ven como una persona con discapacidad y lo valoran realmente.
Respecto a mi/la discapacidad hay muchas cosas que no me agradan: no
me gusta necesitar ayuda para vestirme, no me gusta que haya gente
cercana a mi que no sepa
ponerse en mi lugar, no me gusta no poder viajar a determinados lugares
por su falta de accesibilidad o literalmente porque es imposible estar
con una silla de ruedas, no me gusta que las sillas de ruedas y
elementos de ortopedia en general sean tan caros
y tengan tan pocas ayudas de los servicios sociales, no me gusta llevar
audífono para tener una buena audición…. Supongo que si sigo pensando
conseguiría hacer una gran lista de “no me gusta…”. Ahora voy a intentar
darle la vuelta a los ejemplos que acabo
de poner, intentando aplicar eso de “no quejarse de lo que no tienes y
valorar lo que tienes”.
Es
verdad que no me gusta necesitar ayuda para vestirme, puedo más o menos
solo en un día sin prisas salvo las medias ortopédicas y el calzado por lo tanto esto ya me hace ser una persona dependiente,
pero bueno, tengo la
gran suerte de tener a una persona maravillosa a mi lado, mi mujer que
(según ella misma dice) lo hace encantada. Y si no, cuando ella trabaja,
tengo a mis fabulosos padres o a mi querido sobrino adolescente, que es
una de las pocas cosas que se le puede pedir
y la hace sin protestar, incluso al contrario, lo hace ofreciendo
signos de cariño, difíciles de ver en él. Es todo cuestión de
organización.
Como
ya he dicho, no me gusta la falta de empatía, y más en gente que
considero cercana a mi, hay veces, que es mejor no esperar nada de
nadie, para evitar llevarse
chascos; eso se aprende con el paso del tiempo, saber que esperar (o no) de
los que tienes a tu lado.
Respecto
a los viajes, algo que me encanta, es verdad que no puedo subir una
montaña o ir a Tailandia o a un safari a Kenia, bueno quizás ir si que
podría, pero el
viaje para nada sería satisfactorio por temas de sentido común respecto
a la accesibilidad que me puedo encontrar en el destino; pero hay
infinidad de destinos en España, Europa y resto del mundo, que
organizándolos bien pueden ser grandes viajes como lo han
sido hasta ahora los viajes a Nueva York, La Habana, Bruselas, Londres,
Birminghan, París, Islas Canarias ….poco a poco iré hablando de ellos.
Aún así no me gusta lamentarme por lo que no tengo; prefiero valorar y apreciar lo que si tengo.
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