domingo, 28 de julio de 2013

y ¿porqué a mi?




No es fácil ser un niño con discapacidad. Eres el diferente, el aislado, el apartado…. Los niños/as son bastante crueles muy probablemente sin saber o sin darse cuenta del daño que hacen o en ocasiones el simple echo de no poder hacer lo mismo que el resto de los niños, te aísla.
Yo no recuerdo insultos ni excesivas rabietas o impotencia por mi parte, pero si que recuerdo soledad, mucha soledad hasta bien entrada la adolescencia.

Recuerdo con pesar una noche que tendría yo 7-8 años, estaba ya en la cama y quise  (sin éxito) razonar con mi madre, buscando un porqué a mi situación, la famosa pregunta de porqué a mi, porqué soy diferente, porqué no puedo andar, e incluso durante mucho tiempo de mi infancia preguntaba cuando me voy a curar; aquella noche vi llorar a mi madre por primera vez, y lloramos juntos de pena, de rabia, de impotencia. Pocas veces vi llorar a mi madre, pero nunca olvidaré esa noche.

Mi Colegio, Azpilagaña
 
Cuando tendría 9 ó 10 años, tras un recreo en el colegio, me preguntó la profesora porque estaba solo en los recreos, le contesté con naturalidad, que si mis compañeros jugaban a futbol y yo no podía participar prefería quedarme tranquilamente en los porches. Ese día la profesora organizó grupos de compañeros/as para que se turnaran y pasaran los recreos conmigo; mis compañeros/as de clase parece que aceptaron la idea con entusiasmo y de buena gana, yo me sentía fatal porque era como que la profesora les había obligado a estar conmigo en lugar de que ellos quisieran estar conmigo, de todas formas la iniciativa duró pocos días y al cabo de unas semanas volví a estar solo en los recreos.

Académicamente tampoco me iban muy bien las cosas, había muchos más “necesita mejorar” que “progresa adecuadamente”, y a partir de 7º de e.g.b. empezaron a llegar los suspensos. Con el paso del tiempo me di cuenta de que quizás las malas notas venían por no tener una “vida normal”: por esa exclusión, por tanta rehabilitación, por ese sentirme diferente, por pasividad en los profesores, aunque también tenga que ver mi vagancia. 

No tengo un grato recuerdo de la egb, no mantengo amigos de entonces, quizás por eso, por todo lo que arrastraba la/mi discapacidad, si que tengo en la memoria a gente como Ión, Iker, Samuel, María, Amaya, Arantza, David… mis primeros compañeros de juegos y amigos, pero de los que no se nada o casi nada en la actualidad.

Cuando acabé 8º de egb mi profesor, tutor, les dijo a mis padres que no valía para estudiar, que pensaran en un centro especial de empleo o algo de similares características para mi. Aun así me apuntaron a 1º de Bup (gran error), sin duda el peor año de mi vida, con diferencia: en el instituto la soledad se incrementó, mis compañeros empezaban a salir (discotecas, cenas, borracheras…) y conmigo no contaban nunca, en los recreos seguía solo, la exigencia académica se triplicaba y la relación con los profesores era muy fría y distante. Me junte con 3 ó 4 que si me “hacían algo de caso” y curiosamente eran los que peor iban, los que fumaban, los que hacían borotas (pellas, faltar a clase…). Conclusión: suspendí 7! Y mis padres decidieron cambiarme a F.P. administrativo. 

 
Y bueno, me gustaría mucho encontrarme algún día con aquel profesor de 8º de egb y decirle que aunque no valía para estudiar tengo 2 títulos de formación profesional: técnico superior administrativo y técnico superior en Documentación sanitaria, una carrera universitaria, diplomado en trabajo Social, y hace un par de años saque una oposición para el Gobierno de Navarra, ósea que estudiar, pues ya estudié...

Todo esto se lo debo a mis padres, otro día hablaré del mercado laboral y mi experiencia en diversos trabajos, pero en esta sociedad que nos toca sin educación el tema esta jodido para cualquiera pues más para una persona con discapacidad. Mis padres siempre me han apoyado, me han “dado mucha caña” (les llegaba a odiar…) con el – estudia! – y sobre todo con las oposiciones, con eso de conseguir la tranquilidad y estabilidad de ser funcionario (aunque hoy en día… vaya Ud. a saber).

1 comentario:

  1. Casualidades de la vida. Y de esta vida paralela que llevamos en las redes... Va y me encuentro que un nuevo seguidor de mi blog es aquel niño con el que compartí infancia y aula entre otras cosas, tantos años... Aquel al que perdí la pista y resulta que ahora ya es todo un hombre casado y resiliente... Entro a mirar su información, descubro fotos, un blog...Y sorpresa grata al verme nombrada en su blog. Y de repente, un montón de imágenes retrospectivas, momentos y sensaciones agradables y no tanto, al pensar ahora desde nuestra mente adulta...
    Nada Javi, que encantada de toparme de nuevo contigo, y que si no es a "nivel humano", espero seguir coincidiendo más a partir de ahora "a nivel cibernético..." Un fuerte abrazo ;-)

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