jueves, 12 de septiembre de 2013

No me gusta...!

No nos vamos a engañar, no es oro todo lo que reluce.
Es verdad que considero que llevo bien la discapacidad, y bueno, realmente es así; hay gente que me dice que admira mi capacidad de superación, mi alegría de vivir, mis constantes planes. A mi me llama la atención que me lo digan, y les contesto que no es para tanto, que son cosas de cualquier persona, pero ellos me ven como una persona con discapacidad y lo valoran realmente.

Respecto a mi/la discapacidad hay muchas cosas que no me agradan: no me gusta necesitar ayuda para vestirme, no me gusta que haya gente cercana a mi que no sepa ponerse en mi lugar, no me gusta no poder viajar a determinados lugares por su falta de accesibilidad o literalmente porque es imposible estar con una silla de ruedas, no me gusta que las sillas de ruedas y elementos de ortopedia en general sean tan caros y tengan tan pocas ayudas de los servicios sociales, no me gusta llevar audífono para tener una buena audición…. Supongo que si sigo pensando conseguiría hacer una gran lista de “no me gusta…”. Ahora voy a intentar darle la vuelta a los ejemplos que acabo de poner, intentando aplicar eso de “no quejarse de lo que no tienes y valorar lo que tienes”.

Es verdad que no me gusta necesitar ayuda para vestirme, puedo más o menos solo en un día sin prisas salvo las medias ortopédicas y el calzado por lo tanto esto ya me hace ser una persona dependiente, pero bueno, tengo la gran suerte de tener a una persona maravillosa a mi lado, mi mujer que (según ella misma dice) lo hace encantada. Y si no, cuando ella trabaja, tengo a mis fabulosos padres o a mi querido sobrino adolescente, que es una de las pocas cosas que se le puede pedir y la hace sin protestar, incluso al contrario, lo hace ofreciendo signos de cariño, difíciles de ver en él. Es todo cuestión de organización.

Como ya he dicho, no me gusta la falta de empatía, y más en gente que considero cercana a mi, hay veces, que es mejor no esperar nada de nadie, para evitar llevarse chascos; eso se aprende con el paso del tiempo, saber que esperar (o no) de los que tienes a tu lado.

Respecto a los viajes, algo que me encanta, es verdad que no puedo subir una montaña o  ir a Tailandia o a un safari a Kenia, bueno quizás ir si que podría, pero el viaje para nada sería satisfactorio por temas de sentido común respecto a la accesibilidad que me puedo encontrar en el destino; pero hay infinidad de destinos en España, Europa y resto del mundo, que organizándolos bien pueden ser grandes viajes como lo han sido hasta ahora los viajes a Nueva York, La Habana, Bruselas, Londres, Birminghan, París, Islas Canarias ….poco a poco iré hablando de ellos.

¿Por qué una silla de ruedas manual  ligera y resistente, (no la típica “silla de hospital”) vale 2.500 €? ¿ o una silla de ruedas eléctrica ronde los 3.500-5.000 €? O un audífono 3.000 € ! tengo la suerte de tener 1 silla de ruedas manual y 2 sillas de ruedas eléctricas y un audífono, eso significa, que de una forma u otra los he podido pagar. Las sillas de ruedas eléctricas si son las básicas, la standard (que a mi me vale) te la financia íntegramente la seguridad social (debiendo cumplir una serie de requisitos y hacer un sin fin de papeleos, y eso sí, una cada 5 años); respecto a las sillas de ruedas manuales la seguridad social solo te abona 200 € aproximadamente que es lo que vale la silla más barata, el resto por lo visto se considera un lujo. Y respecto al audífono no hay ningún tipo de ayuda, aquí si que se da el caso de que si no tienes dinero, no oyes, y un audífono tiene una vida de 4-5 años…. Hagan cuentas…..  

Aún así no me gusta lamentarme por lo que no tengo; prefiero valorar y apreciar lo que si tengo.

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