sábado, 28 de septiembre de 2013

Los 90



Retomando la década de los 90, pienso que hay momentos en la vida de las personas que son fundamentales, básicos, que incluso te marcan claramente el futuro. En mi caso fue cambiar de 1º de B.U.P  a 1º de F.P. Administrativo. 

Recuerdo un día de fin de semana, cuando tenía 14 ó 15 años, estando en 1º de B.U.P volvía a casa con mi padre en el coche y vimos en la calle a un grupo bastante amplio de gente de mi clase y curso del instituto. Mi padre enseguida debió ver en mi cara una señal de decepción, pena o angustia y me dijo que algún día yo también tendría un grupo de amigos, con los que saldría por ahí e incluso conocería chicas, y tendría novia/s. Por supuesto que pensé que eso era imposible y era la mayor barbaridad que había dicho nunca.

Y pasaron los meses, cambié de instituto, gente nueva, estudios diferentes y más satisfactorios, profesores más implicados, más implicación por mi parte, y mis primeros amigos de verdad, de los que con esa edad, son lo más importante de tu vida, primeros planes, primeras juergas (y borracheras, que aquí el que escribe aprendió enseguida a “portarse mal”). Fue sin duda un renacer en mi, el paso de la infancia que por circunstancias de mi/la vida, se alargó demasiado, a la adolescencia en su máxima plenitud. Entonces conocí a Juan, Ivan, Jon, Jose Ignacio, Txema, Ángel, Joana, Marimar, Amaia, …. Amigos que me querían tal y como soy, me ayudaban, conocian mis limitaciones y con los que compartí grandes momentos en esa etapa de mi vida. Algunos/as de ellos/as siguen siendo grandes amigos/as, y los que se quedaron en el camino siempre están en el baúl de los buenos recuerdos y es muy grato encontrarme o estar con ellos de vez en cuando, porque fueron parte importante y positiva de mi vida.


Instituto Mª Inmaculada
Colegio Sta. Catalina









Estudie F.P. I y F.P. II Administrativo en sus cinco años, 2 años en el colegio Santa Catalina y los 3 últimos años en el Instituto Maria Inmaculada, ambos centros religiosos, de monjas, y situados en el centro de Pamplona. Los dos centros tuvieron por parte de la dirección y profesorado una implicación máxima en mi educación (yo también puse de mi parte, sin apenas suspensos) y en la accesibilidad de los centros. El Instituto María Inmaculada aprovechó mi primer año de estudios allí para hacer una importante obra y poner ascensor nuevo a pie de calle, baño adaptado y aulas nuevas y más amplias en su último piso. Tan agusto estuve que me quedé allí dos cursos académicos más para hacer el grado Superior de Técnico en Documentación Sanitaria que me sirvió para tener mi primer trabajo en los archivos de la Clínica Universitaria de Navarra.

jueves, 12 de septiembre de 2013

No me gusta...!

No nos vamos a engañar, no es oro todo lo que reluce.
Es verdad que considero que llevo bien la discapacidad, y bueno, realmente es así; hay gente que me dice que admira mi capacidad de superación, mi alegría de vivir, mis constantes planes. A mi me llama la atención que me lo digan, y les contesto que no es para tanto, que son cosas de cualquier persona, pero ellos me ven como una persona con discapacidad y lo valoran realmente.

Respecto a mi/la discapacidad hay muchas cosas que no me agradan: no me gusta necesitar ayuda para vestirme, no me gusta que haya gente cercana a mi que no sepa ponerse en mi lugar, no me gusta no poder viajar a determinados lugares por su falta de accesibilidad o literalmente porque es imposible estar con una silla de ruedas, no me gusta que las sillas de ruedas y elementos de ortopedia en general sean tan caros y tengan tan pocas ayudas de los servicios sociales, no me gusta llevar audífono para tener una buena audición…. Supongo que si sigo pensando conseguiría hacer una gran lista de “no me gusta…”. Ahora voy a intentar darle la vuelta a los ejemplos que acabo de poner, intentando aplicar eso de “no quejarse de lo que no tienes y valorar lo que tienes”.

Es verdad que no me gusta necesitar ayuda para vestirme, puedo más o menos solo en un día sin prisas salvo las medias ortopédicas y el calzado por lo tanto esto ya me hace ser una persona dependiente, pero bueno, tengo la gran suerte de tener a una persona maravillosa a mi lado, mi mujer que (según ella misma dice) lo hace encantada. Y si no, cuando ella trabaja, tengo a mis fabulosos padres o a mi querido sobrino adolescente, que es una de las pocas cosas que se le puede pedir y la hace sin protestar, incluso al contrario, lo hace ofreciendo signos de cariño, difíciles de ver en él. Es todo cuestión de organización.

Como ya he dicho, no me gusta la falta de empatía, y más en gente que considero cercana a mi, hay veces, que es mejor no esperar nada de nadie, para evitar llevarse chascos; eso se aprende con el paso del tiempo, saber que esperar (o no) de los que tienes a tu lado.

Respecto a los viajes, algo que me encanta, es verdad que no puedo subir una montaña o  ir a Tailandia o a un safari a Kenia, bueno quizás ir si que podría, pero el viaje para nada sería satisfactorio por temas de sentido común respecto a la accesibilidad que me puedo encontrar en el destino; pero hay infinidad de destinos en España, Europa y resto del mundo, que organizándolos bien pueden ser grandes viajes como lo han sido hasta ahora los viajes a Nueva York, La Habana, Bruselas, Londres, Birminghan, París, Islas Canarias ….poco a poco iré hablando de ellos.

¿Por qué una silla de ruedas manual  ligera y resistente, (no la típica “silla de hospital”) vale 2.500 €? ¿ o una silla de ruedas eléctrica ronde los 3.500-5.000 €? O un audífono 3.000 € ! tengo la suerte de tener 1 silla de ruedas manual y 2 sillas de ruedas eléctricas y un audífono, eso significa, que de una forma u otra los he podido pagar. Las sillas de ruedas eléctricas si son las básicas, la standard (que a mi me vale) te la financia íntegramente la seguridad social (debiendo cumplir una serie de requisitos y hacer un sin fin de papeleos, y eso sí, una cada 5 años); respecto a las sillas de ruedas manuales la seguridad social solo te abona 200 € aproximadamente que es lo que vale la silla más barata, el resto por lo visto se considera un lujo. Y respecto al audífono no hay ningún tipo de ayuda, aquí si que se da el caso de que si no tienes dinero, no oyes, y un audífono tiene una vida de 4-5 años…. Hagan cuentas…..  

Aún así no me gusta lamentarme por lo que no tengo; prefiero valorar y apreciar lo que si tengo.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Yo estuve alli II: Salou

Para volver al blog después de vacaciones algo sencillito, contar mis vacaciones de agosto en Salou.

Me gusta Salou, habré estado unas 15 veces, casi siempre en verano, mucho tiene que ver que tengo familia en Reus; hemos estado Arantxa y yo del 20 al 30 de agosto.

Viajamos en tren, nos gusta este medio de transporte. Barato, lo que se dice barato no es, pero cómodo mucho. Los discapacitados (con más de un 33 % de discapacidad) tenemos derecho a la tarjeta dorada. Con ella hay un descuento en los billetes para el titular y un acompañante del 40 % de lunes a viernes y de un 25 % los fines de semana y festivos, que no esta nada mal.
Para acceder al tren hay que solicitar ayuda cuando se adquieren los billetes el servicio "atendo" y hay personal que en las estaciones te ayuda a subir a los trenes con unas rampas especiales, y yo viajo sentado en mi propia silla de ruedas.

Para el que no conozca la estación del camp de Tarragona, hay que informar de que esta "en medio de la nada", no esta cerca ni de Reus, ni de Tarragona ni de Salou, un taxi de la citada estación a cualquiera de las ciudades costeras puede costar perfectamente 30 ó 40 €. La empresa de autobuses La Plana, es la que une la estación con todas las ciudades y pueblos cercanos; estos autobuses tienen una flota bastante amplia y hay muchísimos autobuses adaptados, pero es muy recomendable avisar a la empresa el día anterior y en mi caso nunca tuve problemas para viajar con ellos, y llevarme a Salou.

Salou no esta del todo mal para moverse en silla de ruedas. Tiene amplios paseos peatonales muy cómodos y es un destino bastante llano. Si que necesitan arreglar muchas aceras, tienen muchos baches o raices de árboles que te obligan a ir despacio y con cuidado en ocasiones.
Las playas están genial para ir con la silla (yo soy más de piscina), hay maderas para acceder a los chiringuitos, y otras para llegar casi a la orilla, y puestos de la cruz roja con personal para ayudar a meter al agua a quien lo necesite con la silla anfibia.
Silla Anfibia

Nos alojamos en el Hotel H10 Delfin Park. El hotel en lineas generales esta bastante bien adaptado. La habitación adaptada estaba bien, no muy amplia (tampoco pequeña), con las camas algo bajas ( a mi en particular me costaba un poco realizar la transferencia de la cama a la silla) y lo peor es que no podia salir  a la terraza porque la puerta era estrecha. El baño muy grande, con  plato de ducha con mampara tipo puerta, muy bien adaptado. La piscina muy bonita (para mi lo mejor del hotel) con su silla hidraúlica para poder entrar y salir al agua sin depender de nadie, de todas formas estaba el socorrista muy atento siempre dispuesto a ayudar.


En la piscina con Haritz, Fátima y Paula.


En Port Aventura con Haritz.
Fuimos un día a Port Aventura. He ido casi todos los años desde que abrió y no me canso. A mi mujer también le encanta. Es un parque muy adaptado y accesible, otra cosa es montarse en las atracciones pero yo disfruto mucho paseando y con los espectáculos. Los discapacitados tienen un importante descuento en la entrada, sitio especial en los espectáculos y no hacemos cola en las atracciones.

En Port Aventura con Arantxa




Y así pasaron los 10 días volando, descansando y disfutando mucho. Vino 4 días a acompañarnos mi sobrino, y casi todos los días venían de visita a la piscina mi prima Fátima y su hija (y mi ahijada) Paula.